Por Schafic Abuter Ananias. Profesor Universidad UNIACC
El oficio del arquitecto está siempre enfrentado a cambios significativos y a explorar creativamente metodologías y medios para enfrentar los nuevos desafíos. Por lo general, se piensa que el proyectar ideas arquitectónicas debe darse sobre la base de una relación directa entre cliente, lugar y arquitecto; trilogía que plantea una serie de instancias relacionales. Así se estima que se debe estudiar “necesariamente in situ” el lugar/contexto y el vínculo con el usuario, debe ser directo. Sin embargo, hoy en día “proyectar a distancia”, rompiendo el paradigma de la “relación directa”, está siendo por una parte posible, producto de la globalización de las problemáticas, de la ideas y del mercado; y necesario, adaptándose al nuevo modo de enfrentarse a la realidad que nos dejará entre otras cosas la actual contingencia.
Así mismo, cada vez más en la práctica, todo tiende a informatizarse progresivamente, generando demandas de clientes de distintas partes del mundo y la necesidad en el mercado laboral de profesionales altamente calificados en el manejo de las nuevas tecnologías de la comunicación e información, desafiando de este modo el proyectar a distancia.
A partir del impacto de la pandemia en nuestras vidas, la arquitectura se replantea la forma de proyectar, hacer arquitectura, hacer ciudad y desafiar el proceso de formación académica. Es así como la adaptabilidad a nuevos formatos de comunicación, trabajo y aprendizaje es fundamental para conseguir un buen desempeño, pero por sobre todo, para hacer frente a este cambio de paradigma respecto a cómo hacer/estudiar arquitectura a distancia.
Afortunadamente el desarrollo de las tecnologías ha preparado a las nuevas generaciones en el lenguaje digital, lo que permite una mejor adaptación a los nuevos requerimientos. Así es como los estudiantes han podido responder a un sistema donde la distancia no ha sido impedimento para plantear objetivamente una idea proyectual. Para ellos, esto también ha permitido una disminución significativa en algunos tiempos, como el de desplazamiento y en hábitos de estudio que normalmente estaban regulados desde el aula.
Así es como se planteó el desafío en el Taller VI de Proyecto profesional, en que los alumnos abordaron a distancia un encargo a desarrollarse en Perú, utilizando una serie de recursos remotos para aproximarse y entender el contexto y el usuario. El encargo consistía en desarrollar una idea proyectual de un Parque Urbano Patrimonial en las cercanías del Complejo Arqueológico Ruinas de Chan Chan, Trujillo, Perú. Un anteproyecto conceptual que fuera capaz de integrar tres problemáticas propias del estudio de intervenciones en sitios arqueológicos patrimoniales, aplicable a cualquier proyecto de Puesta en Valor en el mundo; la rentabilidad social, patrimonial y económica del bien. Es importante destacar que hoy en día la problemática de “poner en valor un sitio patrimonial” tiene, en principio, las mismas variables a considerar, por lo tanto un problema particular se hace global. Desde ahí el ejercicio académico de proyectar a distancia la puesta en valor, es adaptable a cualquier sitio arqueológico.
Para enfrentar el desafío, en el taller se comenzó por detectar los recursos a nuestra disposición: la información en línea, las comunicaciones en red y la realidad virtual. La información en línea permite acceder a una importante variedad de documentos, estudios, visualización del contexto, análisis, videos, investigación académica, etc, información que permite generar un análisis bastante certero y ajustado a la realidad del contexto. La comunicación en red es una novedad tecnológica, utilizada en el diseño digital, que facilita la interacción entre usuarios, permitiendo de esta manera desarrollar la investigación y un análisis adecuado para entender el contexto y el usuario. De esta situación deriva la posibilidad de establecer mecánicas de cooperación e interacción con otros arquitectos o estudiantes de arquitectura para el diseño de un proyecto común, surgiendo el diseño arquitectónico colaborativo. Así mismo la realidad virtual nos permite la visualización de las propuestas, navegación e interacción, convirtiéndose en una potente herramienta tecnológica para enfrentar el desafío de proyectar a distancia.
Sin duda un desafío que abre nuevas puertas, pero también nuevas interrogantes a futuro; como el papel de la academia en la formación permanente y actualización profesional en nuevas tecnologías y nuevos modos de ver la problemática arquitectónica para este incierto, sorpresivo y cambiante nuevo mundo, donde el desafío puede estar físicamente muy lejos pero a la vez, gracias a las nuevas tecnologías, también muy cerca.
