La sugerencia de Rulo para alguien que piense estudiar música es “entregarse por completo. Se puede vivir de la música. Si uno trabaja seriamente y encuentra un lenguaje que se sienta propio, esos que nos conectan y nos despiertan, se puede”.
David Eidelstein –musicalmente conocido como Rulo- participó en “Verso & Melodía, conversaciones sobre el oficio de hacer canciones”, una actividad organizada por la Escuela de Música y Sonido de Universidad UNIACC, la que se realizó el 31 de octubre en la Librería Catalonia, en Santa Isabel 1235, comuna de Providencia.
Rulo, uno de los fundadores del grupo nacional “Los Tetas”, inició en 2016 su carrera como solista, con el álbum “Vendaval”, el que recibió cuatro nominaciones a los premios Pulsar 2017, en las categorías mejor artista, mejor cantautor, mejor álbum del año y canción del año.
“Siento que el disco salió bastante como una unidad, con las canciones como enhebradas”, afirmó.
-¿Tienes alguna receta o estrategia para abordar tu proceso creativo?
No hay recetas, pero hay ciertas fórmulas que se repiten de forma natural. La que más se me repite es partir de una melodía, que puede llegar en cualquier momento, y esa melodía la grabo en el teléfono. Luego le coloco palabras y así se asocian unas con otras; si los conceptos son interesantes, uno se tiene que enamorar un poco de la idea para completarla. Pero casi siempre todo nace desde la música.
-¿Cuál consideras ha sido uno de los mayores puntos de inflexión de tu carrera?
En el sentido de transformarme, descubrir la cueca brava. La cueca institucional la aprendí en el colegio y la encontraba una lata. Pero cuando descubrí a músicos como Los Chileneros, descubrí un poco el chileno interno y me cambió absolutamente mi lugar como compositor. Siento que ahora, al haber descubierto un lenguaje que es propio, ya estoy parado desde otra manera en el mundo como compositor, desde Chile.
Si bien la cueca es una sola, lo que me atrae de la cueca brava es que las letras y temáticas son muy poéticas, pero al mismo tiempo muy cotidianas, son como crónicas de vida. Cuentan historias reales de la antigua bohemia de Santiago, de Valparaíso. Me gusta que tengan piano y una forma de cantar que tiene mucha fuerza. Y las melodías son bien especiales, diferentes.
-¿Cuáles han sido tus principales influencias musicales?
Los Chileneros me gustan mucho. He estado descubriendo a Patricio Manns, no sólo como compositor, también como escritor. He estado leyendo sus novelas y me gustan mucho. Obviamente también Victor Jara y Violeta Parra, que son como la base de todo, aunque cuando comencé en Los Tetas ellos no me interesaban, porque escuchaba funk, soul y música norteamericana. Me gustaban James Brown y Stevie Wonder, que son ídolos todavía, pero ahora me gustan muchos chilenos y latinoamericanos.
-¿Cuál es tu sugerencia para alguien que esté pensando estudiar música?
Cuando uno empieza a buscar en las raíces, se encuentra con cosas muy potentes. Indaguen en la raíz latinoamericana de la música, que tiene una riqueza gigante. Al combinarlo con otros ritmos pueden salir cosas interesantes, antes que repetir la misma música que nos viene de Estados Unidos o Inglaterra. Es buena una vuelta de tuerca desde acá, porque tener un sello propio es fundamental.
Por suerte, siento que en lo artístico no he tenido que ceder nada, porque mi proyecto tampoco tiene una proyección tan comercial en cuanto a mi estilo de música. Me siento feliz de tener completa libertad de hacer la música que me gusta y me nace. En todos los proyectos no he tenido una imposición desde fuera para crear, porque eso mata un poco lo más interesante que uno tiene, el tener que crear un molde para adaptarse a cierto tipo de público. En mi caso, agradezco no tener que hacerlo.
Universidad UNIACC