“El fashion film tiene un poco del videoarte, del videoclip y del anuncio publicitario convencional. La delgada línea entre el spot publicitario y el fashion film es que finalmente las marcas, a través de este último, buscan reconquistar a un consumidor que está saturado”, aseguró en Universidad UNIACC Cristóbal Portaluppi, creador del Santiago International Fashion Film Festival (Saifff).
El 30 de octubre, el también director de fotografía impartió en el Campus Poniente de la institución, en Los Jesuitas 559, Providencia, la conferencia “El Fashion Film y la Industria de la Moda”, en la que también participó el productor de moda, Rodrigo Farías.
La iniciativa de la actividad fue de la Escuela de Diseño de Universidad UNIACC, perteneciente a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes Visuales.
“El primer condoro que me pegué al hacer el Festival fue que le puse ‘SFFF’. Entonces nos invitaban a comunicar sobre este y era impronunciable, porque no había ninguna vocal de por medio”, relató Portaluppi.
Para el director del Festival, el fashion film (película sobre moda) “es una pieza que busca establecer un discurso a través de una estética y no necesariamente una narrativa. Son piezas súper sensoriales, en las que lo que importa es qué es lo que te pasa a ti con ellas. La materia prima del fashion film es la ropa, y a partir de ahí como realizador haces una reinterpretación de lo que el diseñador quiere comunicar”.
En este contexto, Portaluppi mencionó que “la marca busca hablar de su ADN y no venderte duramente un producto. El fashion film nace con el boom de internet, porque son cortometrajes que se sustentan en este soporte y en su viralización”.
El expositor detalló que ya desde el nacimiento del cine, en 1895, con los hermanos Lumière (Augusto y Louis), existió una relación entre la moda y el cine.
“Los actores y actrices eran referentes, porque todas las personas querían vestirse como ellos. Hollywood llegó a tener tiendas en donde vendían réplicas de la ropa que utilizaban. Marlene Dietrich usó pantalones, cuando se pensaba que las mujeres no podían hacerlo, y causó furor. Así marcaban tendencias, como Audrey Hepburn con “Desayuno en Tiffany”. Las actrices empezaron a ser referentes y los diseñadores vieron una buena vitrina, porque la mejor publicidad que podían tener era que una actriz vistiera algo de ellos”, detalló.
Portaluppi definió como punto de inflexión en el fashion film cuando éste “cambió la perspectiva: ya no solo el cine se alimenta de la moda, sino que la moda se empieza a alimentar del cine. Todo esto porque empieza a cambiar la audiencia y, por ende, el consumidor”.
El director de Saifff explicó que con internet “surgen plataformas en las que podemos exhibir nuestros trabajos y no nos podíamos quedar solo con el papel. Uno de los grandes errores que al principio cometían las revistas digitales era hacer su página web y publicar digitalmente lo mismo que tenían en papel, lo que era absurdo. Son formatos distintos y una cosa no reemplazaba la otra. Con internet aparecieron nuevas audiencias, nuevas tecnologías y nuevos hábitos de consumo”.
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