Sentada en su oficina en la casona de Artes Visuales que mira a una muy nevada Cordillera de los Andes, la Directora de la Escuela, Alicia Villarreal, rememora su primer paso por la UNIACC entre 2002 y 2007, lugar al que regresó como profesora en 2018 y que hoy la tiene al mando de una carrera que siempre ha dado que hablar gracias a la participación de sus alumnos en muestras en las principales salas y museos del país. «Yo recibo una escuela que está andando y que tiene una historia, de la que yo ya participaba, entonces creo que es como una posta en donde hay un equipo bien formado. Estoy muy contenta», cuenta sobre su reciente nombramiento.
En su opinión respecto del presente de la Escuela, ella afirma que, dentro de todas las escuelas universitarias de Artes, esta es una que ha madurado y prueba de ello es que hay una cantidad importante de profesores que se educaron acá mismo. «Esta escuela tiene una malla que provee a los alumnos de una cultura digital o de herramientas que se complementan unas con otras y que les da muchísimas posibilidades, pero no necesariamente todos las ocupan para sus obras, pero si en algún momento les sirven. Las herramientas digitales son muchas, y cada vez pertenecen a áreas más comunes. Están las que le sirven al diseño, la arquitectura como la publicidad u otras áreas, pero si tu combinas eso más Arduino y programación entonces no solamente les estás dando herramientas de fotografía o video, sino que también pueden crear y manipular cosas que se mueven, que se prenden y apagan, y finalmente ellos hacen las conexiones», dice.
Consultada por el momento del arte joven tanto en Chile como en el mundo, en donde ha irrumpido el arte callejero y un coleccionismo desligado de grandes fortunas, Alicia dice que es un mundo en expansión, sin embargo, dada la envergadura de la economía nacional, afirma que no se podría hablar de un boom del coleccionismo. «No todo el arte es coleccionable, y, por otro lado, están los proyectos que son financiados por el Estado, como las obras que apoya el MOP en el espacio público, que también son fuentes de financiamiento y de creación para los artistas», señala, agregando que al estudiantado de Artes Visuales se les enseña sobre autogestión y de gestión, «porque en el fondo, el artista es un emprendedor. Tiene que llevar a cabo y movilizar muchísimas cosas para hacer posible su idea, una idea que nadie necesita o que la está esperando, por lo que debe encantar y sumar. Un artista tiene muchos recursos más allá de su obra. Tiene que tener una actitud de autopromoción que es súper importante, y eso no se da solo, por lo que son importantes las alianzas y trabajar en colectivos. Es una red».
Una de las ventajas que tienen los alumnos y alumnas de la carrera es la existencia de la Galería de Artes Visuales UNIACC, la que actualmente está presentando la muestra Unamasuno. Sobre esta, la Directora dice que «la galería tiene bastante tiempo, y ha sido muy activa en distintas épocas. Es excelente tenerla, porque es una vitrina y aunque sea pequeña, tiene las condiciones para mostrar las obras en un cubo blanco. Yo creo que, en este momento, en que la galería está abierta con un ciclo como Unamasuno, en que exponen un profesor con un alumno, eso le hace bien al alumno, al profesor, y al resto de los estudiantes, porque es importante que las obras se expongan y se vean. Tienen que acostumbrarse a la mirada externa, porque las obras no son para estar guardadas. Mientras más miradas, se producen más conexiones, así que es muy importante la Galería».
Al momento de esta entrevista, dos alumnos de UNIACC están siendo parte de muestras en importantes museos y galerías capitalinos. El primero se trata de Roberto Quilaqueo, quien es parte de la exposición Balmaceda Visual: Arte joven para un país despierto que se está presentando en el MAC de Quinta Normal, y la segunda, es Marie Peyré, quien es parte de la exhibición Convergente, Artistas Escuelas de Arte, que se puede ver en la Sala CCU, de Vitacura. Sobre ellas, Alicia afirma respecto de Convergente que «es una exposición muy chiquita que ha sido curada por la escuela de Artes Visuales de la UDP, quienes escogieron una cantidad de obras, siendo la de Marie Peyré un traje con botellas de vino quebradas, el que pesa muchísimo, por lo que solo se lo a puesto una vez, resistiendo solo 10 minutos, lo que es bien irónico porque la obra se llama «El descanso». Esta tiene un elemento performático».
En cuanto a la exposición en el MAC de Quinta Normal, cuenta que esa es una convocatoria mucho más amplia, en la que se escogieron unas 70 obras tanto de artistas individuales como de colectivos. «Todo esto tiene una curaduría, la que tiene una mirada que ordena, selecciona y pone en contacto unas cosas con otras, abriendo lecturas sobre lo que está pasando. Ahí participa Roberto, que es un alumno de quinto año, que tiene una video performance».
Sobre el paso de Artes Visuales a ser parte ahora de la Facultad de Artes, dice que es un cambio más lógico, ya que de esta forma todas las artes están juntas. «En la Bauhaus la arquitectura, las artes y el diseño tenían un núcleo común en relación al objeto, sin embargo, hoy las escuelas de diseño han crecido enormemente, pudiendo ser quizás una facultad, mientras que la arquitectura ya no está tan cercana al arte siendo más un problema tecnológico. El mundo ha cambiado y quizás hay más congruencia hoy que Artes Visuales esté en una Facultad de Artes, ya que, de esta forma, la carrera crece de otra manera».