«La experiencia de estudiantes mapuche, que se encuentran insertos en educación superior, se encuentra marcada por vivencias intergeneracionales de negación o vergüenza, principalmente asociadas a escenarios de discriminación.
Sin embargo, en el contexto de inserción en la educación superior y apertura a nuevas socializaciones, se permite y amplía la posibilidad de sentirse y reconocerse«.
Columna de opinión
Actualmente el pueblo mapuche se encuentra territorialmente distribuido en Chile en la Región de la Araucanía, y en su minoría, en las regiones de Los Lagos y Los Ríos.
En ese sentido, en el siglo XX, tras un proceso de migración sostenido del espacio rural –a lo urbano-, se constituye una nueva forma de comprender a la persona mapuche en el contexto de la ciudad, específicamente en Santiago de Chile, Región Metropolitana.
A partir de datos censales (2017) la población que se considera perteneciente a algún pueblo indígena en Chile corresponde a 2.185.792 personas un 12,8 % de la población total.
Es este pueblo el que obtiene mayor porcentaje de representatividad, alcanzando un 79,8% de los pueblos indígenas, y un 9,9% a nivel país, lo que corresponde a un total de 1.745.147 personas.
En específico, en la Región Metropolitana las personas pertenecientes a esta etnia alcanzan el 35%, mientras que la Araucanía la cifra llega al 18% (CENSO, 2017). De este modo, la mayor concentración se encuentra en la Región Metropolitana y la Araucanía.
En términos de construcción de identidad y juventud, en el informe de “Identidad y discriminación de adolescentes mapuches” realizado por la UNICEF (2007) se destaca que en los sectores rurales tienen acceso limitado a recursos económicos importantes y cuando éstas se trasladan a la urbe deben vivir en sectores excluidos y empobrecidos.
Esto quiere decir que la localización de las familias mapuches en zonas urbanas segregadas perpetua su condición de marginación, además de provocar una perdida con lazos culturales con el pueblo mapuche.
Lo anterior, no favorece un proceso de reconocimiento e identificación, puesto que la población no indígena – bajo un proceso de racialización – ha instalado y normalizado conductas discriminatorias asociadas a aspectos físicos, estereotipos u origen étnico de nombres y apellidos (Nahuelpan, et al., 2020).
Los y las jóvenes mapuche están insertas en un entramado histórico de relaciones conflictivas entre su pueblo y el Estado de Chile.
Estos elementos no son indiferentes en el proceso de construcción de identidad, dado que ésta se construye lentamente bajo condiciones históricas, en un transcurso que es individual y colectivo (Aquín, 2003).
En ese sentido, la identidad tiene como característica la capacidad para separar, distinguir y clasificar a personas insertas en culturas y contextos sociales determinados (Habermas, 1987 en Hernández, 1995), desde la perspectiva de un observador externo, como también de la autoidentificación de sus protagonistas.
Reconocimiento a la identidad mapuche
A partir de lo anterior, la experiencia de estudiantes mapuche, que se encuentran insertos en educación superior, se encuentra marcada por vivencias intergeneracionales de negación o vergüenza, principalmente asociadas a escenarios de discriminación, por lo que el reconocimiento en su trayectoria de vida, se encuentra mayoritariamente interrumpido.
Sin embargo, en el contexto de inserción en la educación superior y apertura a nuevas socializaciones, se permite y amplía la posibilidad de sentirse y reconocerse como parte de su etnia.
Por lo tanto, para Merino & Tocornal (2011) existe un ejercicio contradictorio que lleva a la afirmación y a la negación. Desde esta perspectiva, el sentirse mapuche es un punto posterior a procesos de autodescubrimiento que se fortalece en el ingreso la educación superior.
Desde el ámbito de las políticas públicas e intervención, es preciso considerar a los jóvenes a partir de su pluralidad, promoviendo intercambios interculturales durante las diversas trayectorias educativas formales, reconociendo la diversidad cultural existente en el territorio.
Lo anterior, requiere poder superar formas de invisibilización hacía lo que significa ser joven mapuche y de nuevas formas de socialización que permitan superar estereotipos discriminatorios en su contra.
Referencias bibliográficas
- Aquín, N. (2003) El Trabajo Social y la Identidad Profesional. XII Congreso Colombiano de Trabajo Social. Manizales, Colombia.
- Carballeda, A. (2013) La intervención en lo social desde una perspectiva américa. Algunos Aportes de Enrique Dussel y Rodolfo Kusch. Revista Margen N. º 70. Buenos Aires.
- Hernández, A. (1995) La identidad social en Habermas. Revista Dialnet. Vol. 2 N°3.
- Merino, M. Tocornal, X (2011) discursive positioning in the construction of ethnic identity among mapuche adolescents in Temuco and Santiago language. Revista signos.
- Nahuelpan, H. (2020) ¿A quién beneficia el odio racial en Wallmapu? Publicado en https://www.ciperchile.cl/2020/08/10/a-quienes-beneficia-el-odio-racial-en-Wallmapu/ [Consulta realizada el 28.09.2021]
- UNICEF (2007) Estudio Identidad y discriminación en jóvenes mapuche. Santiago de Chile.
Autor de la columna:
María Fernanda Herrera
Docente de Apoyo Académico de la
Universidad UNIACC