Magíster en Estética de Música Popular de Universidad UNIACC analizó la escucha musical activa vía streaming

El 25 de abril, el artista, junto a la cantautora Javiera Bobadilla, la musicóloga Laura Jordán y el filósofo Hugo Osorio, impartieron la conferencia digital “Implicancias de la Escucha Musical Activa”, actividad enfocada en compartir parte de las visiones del Magíster en Estética de Música Popular de la institución.

Si yo tomo conciencia de todo lo que estoy oyendo, voy a tener un universo fabuloso para ponerlo en relación y descubrir y sentir. Y lo que es más maravilloso, al descubrir esas relaciones, sentir cómo afecta mi emoción y mi estado de ánimo. La audición atenta es fundamental para hacer música”, aseguró el compositor y docente de Universidad UNIACC, Alejandro Guarello.

En la Sala de Conciertos de Avenida Salvador 1434, Providencia, los docentes del mencionado posgrado -que está planificado inicie sus clases el 22 de mayo, en modalidad semipresencial- compartieron sus puntos de vista en la actividad que también fue transmitida por Facebook Live.

Para Javiera Bobadilla, egresada de la Escuela de Música y Sonido de Universidad UNIACC, “la canción ha sido un reflejo creativo de nuestros fenómenos sociales y ha marcado así nuestra historia (…) Hoy, gracias a internet y a las posibilidades que este medio otorga, podemos manifestar nuestro discurso abierto al mundo, nuestra forma y nuestra manera de entender nuestras propias sociedades”.

Bobadilla, quien en 2014 triunfó en la competencia folclórica del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, afirmó que “esta reflexión que el cantautor hace a través del recurso musical, lo pone además como un líder de opinión (…) La canción no solo se escucha: se memoriza y se repite”.

Quiero creer que mientras existan canciones críticas, reflexivas y pensantes, vamos a seguir teniendo esta radiografía social que nos va a permitir vernos a través de la escucha activa y de la música”, concluyó.

En tanto, la musicóloga Laura Jordán sugirió “repensar cómo esta heterogeneidad de situaciones en que la música no se atiende, nos permite sopesar los límites de la escucha atenta, sus valores y principios, sin por ello, desecharla”.

La promoción de la escucha atenta ha conllevado la legitimación de un tipo de repertorio y práctica musical específicos, lo que llamamos música de arte o escrita, y que podríamos conceptualizar de manera más justa, creo yo, según el ideal de la música absoluta”, aseguró.

Para el filósofo Hugo Osorio, “con pensadores como Aristóteles y Platón, uno se da cuenta de que la escucha y el oído pasan a ser un eje incluso superior que la vista (…) En el ámbito de los maestros, Heráclito hablaba de escuchar al logos (…) no hay posibilidad de verlo, pero sí de escucharlo”.

Para Osorio, “en la acción de escuchar y estar comprometido con lo que uno escucha (…) la escucha tiene que ser desde otro ámbito, donde parece que uno tiene que desconectarse de algunas cosas, y empezar a evocar y convocar lo que ahí está ocurriendo”.

Alejandro Guarello: “La música no existe”

Alejandro Guarello, con una trayectoria de más de 40 años y quien entre otros reconocimientos, en 2005 fue distinguido con el Premio Presidente de la República en Música Clásica por el Gobierno de Chile, afirmó que “todo parte por empezar a oír. No hay que hacer que los niños escuchen a (Wolfgang Amadeus) Mozart, hay que hacerlos oír, darse cuenta de su oído biológico, de reconocer, de jugar con sonidos, y luego por ahí entrar a la práctica, a la repetición, que es muy posterior. Pero lo primero que se debería hacer en una educación musical es enseñar a oír”.

La palabra es el fenómeno más grueso y eso hace que la música popular, o la más industrial y comercial, tenga dos objetivos: divertir o bailar, y comunicar un mensaje. La música pasa a ser un servidor del texto. El canto gregoriano es música al servicio de la palabra, igual que en la ópera y el cine”, explicó.

Para Guarello, “la música es un sonido tras otro sonido. Cuando sucede el segundo sonido, el primero ya no existe. Por lo tanto, la música no existe (…) el auditor es el que hace la música, la tiene que memorizar (…) una melodía la construyen ustedes, dentro de la espiritualidad, emociones, imaginación, etcétera”.

La palabra tiene un componente que se aferra, no es una cosa etérea o abstracta que puede ser el sonido. Al ser un texto que yo entiendo tiene un sentido mucho más de pertenencia al que oye y se emociona”, aseguró el compositor.

Puede ver una galería con la actividad, haciendo clic aquí.

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